martes, 31 de julio de 2018

Panecillo

El Panecillo es una elevación natural de 3.000 metros sobre el nivel del mar, enclavada en el corazón mismo de la ciudad de Quito(Ecuador). Es el sitio más visitado de la ciudad. Por su ubicación se ha convertido en el más importante mirador natural de la ciudad, desde el que se puede apreciar la disposición urbana de la capital ecuatoriana, desde su centro histórico y hacia los extremos norte y sur. El Panecillo está coronado por una escultura gigante de aluminio de la «Virgen de Quito», creada por el español Agustín de la Herrán Matorras, el cual se basó en la obra compuesta por Bernardo de Legarda, uno de los más importantes representantes de la Escuela quiteña

Monumento Al Condor

El artista mireño Daniel Reyes entregó el monumento al cóndor, que rinde un tributo a la majestuosa ave andina. La gigante réplica es parte del mirador que se constituye en el nuevo atractivo turístico del Balcón de los Andes.

El escultor Reyes, señaló que esta obra está dedicada al pueblo mireño, a sus padres, su familia y amigos. “Dejamos un precedente como recuerdo de nuestro arte. Es la mejor manera de expresar mi cariño a la tierra que me vio nacer”, manifestó el creador.

Junto a la efigie está instalado un columpio gigantesco para quienes gustan de la adrenalina que produce oscilar en esta mecedora de metal, desde donde se puede avistar varias poblaciones de Carchi e Imbabura.

El trapecio fue denominado “Mira al infinito”, sugestivo nombre de un espacio para la diversión y el vértigo. Patricio Padilla representante de Mira.ec y Kléver Carrera del programa El Mentidero, hicieron la entrega de hermosos regalos a las familias que fueron parte de la inauguración. 

24 De Mayo

La batalla que selló la libertad a nuestra patria fue librada entre las tropas realistas del Gral. Melchor Aymerich y las fuerzas patriotas conducidas por el Gral. Antonio José de Sucre.
Luego de una agotadora campaña militar que se había iniciado en Guayaquil a principios de 1822, a mediados de mayo ya Sucre se acercaba a la ciudad de Quito y, para evitar encontrarse con los españoles -que se habían hecho fuertes en Machachi- dispuso que sus tropas flanquearan al enemigo subiendo a las heladas laderas del Cotopaxi, hasta aparecer el 16 de mayo en el hermoso valle de los Chillos. Ese mismo día, al descubrir la estrategia de Sucre, los españoles se replegaron y entraron en Quito, ocupando las principales calles del sur de la ciudad.
Las piezas se movían como en el tablero de un ajedrez bélico, en el que vencería el más astuto.
En la noche del 23 de mayo de 1822, protegido por las sombras, el ejército de Sucre -integrado por 2.971 hombres entre guayaquileños, cuencanos, argentinos, chilenos, colombianos y peruanos- empezó a escalar silenciosamente el volcán Pichincha, buscando la mejor ubicación para la batalla que sellaría la independencia de esta parte de América; a la vanguardia, el Gral. Córdova avanzaba con el “Magdalena” mientras que el “Albión” se encargaba de proteger la retaguardia, y custodiar y distribuir el parque.
Atrás quedaban la Revolución del 9 de Octubre de 1820, y todas las luchas y los sacrificios que durante diez y ocho meses los guayaquileños -ennoblecidos por la sangre derramada en los campos de Camino Real, Tanizagua, Cone, Huachi y Riobamba- habían librado y sufrido por la libertad de Quito.
Al amanecer del 24 de mayo, en las faldas del Pichincha y teniendo como premio la libertad, la ciudad y el pueblo de Quito fueron emocionados testigos del momento más gloriosos de su historia.

Museo Fray Pedro Bedón

En 1541 llegó a Quito el primer grupo de frailes dominicos.  Levantaron su edificación en el sitio conocido como la Loma Grande. Fue simple y de tierra y paja.  En 1581 el arquitecto español Francisco Becerra, tomó a su cargo la edificación del actual Convento Máximo Santo Domingo.
Durante el siglo XIX friles italianos modificaron el estilo interior de la iglesia y su fachada, haciendo de Santo Domingo un pilar del arte contemporáneo en el país.
La Capilla del Rosario se constituye como el más rico ejemplo del barroco quiteño con su estilo singular del siglo XVII. El museo expone la influencia de la comunidad Dominica hacia la sociedad en educación, arte y cultura.

La Ronda

La Ronda es una de las calles más tradicionales que se encuentran en Quito, no solo por ser una de las más antiguas, o por haber sido cuna de pintores, escritores y poetas de los años 30; fue en las casas de esta estrecha calle en donde se escribieron canciones y pasillos y mismas que albergado a políticos, románticos y bohemios. Entre los personajes que habitaron en La Ronda en el transcurso del siglo XX se encontraron Faustino Rayo o Carlos Guerra o al Taita Pendejadas.
Su arteria principal es la calle Juan de Dios Morales, esta atractiva calle es el centro de la cultura quiteña en ella se pueden encontrar juegos tradicionales, centros culturales, restaurantes típicos, bares, puestos de información turística y cultural son algunas de las muchas atracciones que el sitio ofrece.
La Ronda también es una calle que nos lleva a nuestro pasado indígena, y en esas ancestrales épocas no se llamaba La Ronda, como le nombraron los españoles o como la conocemos en la actualidad, si no que se supone que su nombre original fue la de “El Chaquiñán”, término que ahora se lo traduce como camino o sendero. Se presume que esta pequeña calle ya se encontró establecida y trazada hacia 1480, cuando los Incas llegaron por primera vez a Quito

Plaza Santo Domingo


Su construcción inició en el año 1540, cuando se asigna el solar a la comunidad de padres dominicos; posteriormente, y después de haberse levantado una capilla provisional, los planos definitivos del templo que persiste hasta la actualidad fueron levantados en 1581 por el arquitecto Francisco Becerra.​ Tras la muerte de Becerra, la obra pasó a manos del padre Rodrigo Manrique de Lara; fray Antonio Rodríguez se hizo cargo de las obras del convento, mientras que fray Juan Mantilla fue el encargado de concluir las obras de la iglesia en 1688.
Durante el siglo XIX, un grupo de dominicos italianos hicieron importantes reformas en el interior del templo; según el intelectual ecuatoriano Ernesto La Orden Miracle «decidieron pintarla como un teatrillo de ópera, arrasar sus altares, su coro y su púlpito». La hermosa y sobria fachada no sufrió estos afanes reformadores, y aunque la iglesia parece haber tenido esos cambios internos importantes, mantiene una presencia riquísima e impresionante que no muestra de una forma abierta los estragos que cuenta La Orden

Museo De La Cuidad

En 1998, abre sus puerta el Museo de la Ciudad como un espacio de encuentro para el diálogo, la reflexión y el debate intercultural e intergeneracional, a través de las diferentes temáticas desarrolladas en sus exposiciones y de la programación artística y cultural anual. Además, aporta al desarrollo de las comunidades y promueve el reconocimiento y revalorización de los patrimonios culturales vivos del Distrito Metropolitano de Quito.
El Museo de la Ciudad ocupa las instalaciones del Antiguo Hospital San Juan de Dios, el edificio civil más antiguo de Quito, institución que funcionó por más de 400 años, desde 1565 hasta 1974, como hospital y espacio de acogida. El antiguo hospital San Juan de Dios fue restaurado y en 1998 se rehabilitó para convertirse en uno de los museos más importantes del país y cuya edificación cumplirá 450 años en 2015.
En sus instalaciones, mantiene una exposición permanente sobre los procesos sociales e históricos de la ciudad. Además, cuenta con espacios abiertos al público donde se afianza la relación con las comunidades. Una invitación para vivir una nueva experiencia en cada visita.

Arco De La Reina

Esta mañana me encuentro en la García Moreno y Rocafuerte, ante mí está el famoso Arco de la Reina y a mi lado el olor a maní y azúcar se queda impregnado en mi memoria. El Arco (en realidad son dos arcos construidos de cal y canto) une a la iglesia Carmen Alto con el antiguo Hospital San Juan de Dios, que actualmente es el Museo de la Ciudad. Fue construido en 1726 para proteger de la lluvia a los indígenas devotos de la iglesia que escuchaban misa en la capilla de Nuestra Señora de los Ángeles (ubicada frente a la iglesia). Fue nombrado en homenaje a la primera santa ecuatoriana, Mariana de Jesús, que atendía la misa también desde la capilla.
Esta mañana me encuentro en la García Moreno y Rocafuerte, ante mí está el famoso Arco de la Reina y a mi lado el olor a maní y azúcar se queda impregnado en mi memoria. El Arco (en realidad son dos arcos construidos de cal y canto) une a la iglesia Carmen Alto con el antiguo Hospital San Juan de Dios, que actualmente es el Museo de la Ciudad. Fue construido en 1726 para proteger de la lluvia a los indígenas devotos de la iglesia que escuchaban misa en la capilla de Nuestra Señora de los Ángeles (ubicada frente a la iglesia). Fue nombrado en homenaje a la primera santa ecuatoriana, Mariana de Jesús, que atendía la misa también desde la capilla.
Hoy es un día particularmente transitado. Siento la calidez del sol en mi espalda mientras camino por la García Moreno, mis oídos están abrumados por los sonidos de motores de autos que carraspean, de llantas que chirrían con un frenazo imprevisto, de pitazos (a veces innecesarios), y de innumerables conversaciones entre vecinos, vendedores, parejas, niños…El Centro un fin de semana nunca es silencioso. Encuentro debajo del arco una baranda de piedra donde me siento. El Arco fue construido para proteger de la lluvia y ahora me protege a mí del tráfico de un sábado en la zona.
Antes el Arco de la Reina tenía toda una nota espiritual por todo el bagaje religioso que conlleva. Sin embargo, ahora se dice que solo tiene una función que es la de proteger a los visitantes y turistas de las lluvias –ya que hasta la capilla de Nuestra Señora de los Ángeles fue cerrada-. Pero al observar atentamente a las personas de pasan caigo en cuenta que algunos mayores todavía se persignan al pasar por debajo.

Mariana De Jesus

María Ana de Paredes Flores nació el 31 de octubre de 1618 en la ciudad de Quito, por aquel entonces de la Real Audiencia homónima, perteneciente al Monarquía Católica. Su padre fue el capitán Jerónimo de Paredes Flores y Granobles, y su madre la aristócrata Mariana Jaramillo, descendiendo por línea paterna de conquistadores españoles a los que la Corona reconoció con su propio escudo de armas.​ Huérfana desde los siete años, fue tutelada por su hermana mayor, de nombre Jéronima y su esposo, el capitán Cosme de Miranda, quienes la criaron como hija suya y comprendieron su inclinación hacia la vida penitente.​
A temprana edad dio muestras de una precoz vida religiosa y de caridad hacia los pobres, invitando a sus sobrinas (de su misma edad) a rezar el rosario, hacer el viacrucis, evangelizar paganos y ayudar a los indigentes.​ Ayudada por su cuñado, en dos ocasiones intentó ingresar sin éxito a la comunidad religiosa, por lo que decidió servir a Dios de manera laica, viviendo en una habitación que se le construyó en el solar que había heredado su hermana Jerónima​ y que hoy corresponde al coro del monasterio de El Carmen Alto. Su primer guía espiritual fue el jesuita Juan Camacho, quien la motivó para hacer el voto de virginidad perpetua.
Mariana de Jesús tenía dotes innatas para la música, por lo que tocaba hermosamente la guitarra y el piano, además de que poseía una armoniosa voz que compartía a través del canto. Había aprendido a leer, coser, tejer y bordar, lo que le permitía mantener su tiempo ocupado y lejos del pecado de la ociocidad.​ Se propuso cumplir aquel mandato de Jesús: "Quien desea seguirme que se niegue a sí mismo", y desde niña empezó a mortificarse en la comida, en el beber y dormir. Con frecuencia se retiraba a practicar penitencia en su habitación, la cual despojó de todo mueble con excepción de un ataúd y una calavera que le recordaban que iba a morir y tendría que rendir cuentas a Dios; en él dormía varias noches cada semana, y el tiempo restante lo tenía lleno de almohadas que semejaban un cadáver.

Carmen Alto

Su construcción inició probablemente en la última década del del siglo XVI, ya que para el año 1618 había nacido allí Mariana de Jesús Paredes y Flores, que más tarde se convertiría en la primera santa católica del Ecuador. Tras su muerte en 1645, la casa pasó a manos de la Orden de Carmelitas Descalzas, que la ocupaban ya en 1647,​ aunque fue recién el 4 de febrero de 1653 que lo convirtieron en monasterio de clausura con el nombre de «El Carmen de San José», que es su denominación oficial.​
El nombre de «Carmen Alto» fue popularizado cuando un grupo de religiosas de la misma orden se vio forzada a establecerse en Quito tras la destrucción de su monasterio en Latacunga, en el terremoto del año 1698, pero debido a una regla que prohibía más de 21 monjas de velo en cada monasterio, debieron establecer otra casa en el barrio de San Juan, recibiendo aquella el nombre de «El Carmen Nuevo o Bajo», mientras que la que existía previamente en la ciudad tomó el nombre de «El Carmen Antiguo o Alto».

Museo Alabado

La Casa del Alabado - Museo de Arte Precolombino,  reúne algunas de las piezas más representativas del arte precolombino del actual Ecuador, ofreciendo algunas interpretaciones sobre su significado artístico, antropológico y brindando una experiencia significativa a cada visitante.
El Alabado custodia alrededor de 5000 piezas arqueológicas de las cuales 500 conforman la exposición permanente. Situado en un inmueble patrimonial del siglo XVII sobre la calle Cuenca, muy cerca de la Plaza de San Francisco en el Centro Histórico de Quito.  El museo está organizado de manera temática y no cronológica o geográfica lo que permite que los visitantes generen sus propias conexiones visuales y culturales sobre las piezas y reflexionen sobre la excelencia que alcanzaron sus artífices en la técnica, el manejo de los materiales, además del alto sentido estético que demostraron.

Iglesia de El Sagrario

La construcción de este edificio se dio en el período comprendido entre los siglos XVII y XVIII,1​ gracias a la contribución de la Cofradía del Sagrado Sacramento, que inició con los trabajos de cimentación en el año 1617.​ La iglesia se edificó sobre una arquería que cerró la antigua quebrada de Zanguña, contigua a la Catedral y que se extendía desde el sector del monasterio de El Tejar por el occidente de la ciudad colonial, hasta la zona actualmente conocida como La Marín;​ estos trabajos de cimentación fueron dirigidos por el sacerdote jesuita de origen napolitano, Marcos Guerra, y tienen una profundidad de catorce metros en el lado sur y tres metros en el lado norte, pues siguen el nivel de declive que presentaba la mencionada quebrada.​
El 4 de noviembre de 1694 llega a Quito el arquitecto José Jaime Ortiz, proveniente de Alicante (España), quien firmó el contrato para la construcción del edificio​ que fue planteado acorde al estilo italiano neorenacentista que estaba de moda en la época.​ El escritor ecuatoriano Julio Pazos Barrera describe al templo de la siguiente forma:​
La fachada se terminó de construir en el año 1706, mientras que el resto de la edificación concluyó en 1715, y entre 1731 y 1747 se acabaron los retablos del interior del templo.​ El frontispicio fue trabajado bajo la dirección de Gabriel de Escorza Escalante, con el mismo ordenamiento neoclásico que había presidido su obra en la iglesia de San Agustínpocos años atrás

Palacio Gangotena

La historia del palacio se remonta al tiempo de los incas, ya que según las primeras crónicas de los conquistadores españoles, en el siglo XV existían templos de esta civilización alrededor de la plaza de San Francisco, uno de ellos en el sitio mismo del actual predio ocupado por la mansión. Tan pronto llegaron los españoles a Kitu, en 1534, muchas familias pudientes establecieron sus casas en los flancos de la plaza, aunque no existen registros de los primeros ocupantes de éste, el predio más cercano a la Capilla de Cantuña.​
La mansión pasó a pertenecer a la familia Gangotena desde aproximadamente el siglo XVIII, cuando se sabe que una de las hijas desistió de contraer matrimonio con un acaudalado joven de la ciudad, el novio enfurecido intentó fallidamente incendiar la mansión,​aunque no fue la única vez que el fuego atentaría contra el edificio. Los Gangotena reconstruyeron la mansión en 1880, con el objetivo de volverla más habitable según los estándares de la época, incluyendo posiblemente los primeros baños.​
En 1914 un calamitoso incendio comprometió seriamente la estructura de la mansión colonial,​ por lo que en 1918 la familia encargó la construcción de una nueva residencia a los arquitectos italianos Antonino y Paolo Russo.​ Como resultado de su intervención, la casa tomó una interesante mezcla de estilos arquitectónicos tanto en la fachada y exteriores, como en la decoración y estructuras interiores.​
Durante décadas el palacio fue escenario de importantes reuniones políticas, eventos históricos, culturales y glamorosas fiestas para la más selecta sociedad quiteña de la primera mitad deñ siglo XX,​ siendo incluso residencia de varios Presidentes de la República como el doctor Camilo Ponce Enríquez, que estaba casado con Dolores Gangotena y Jijón, heredera del palacio.
A mediados de los años 1950 Quito entró en un acelerado crecimiento que llevó a muchas de las familias a mudarse hacia los sectores de La Mariscal y La Floresta, al norte de la ciudad; mientras varias de las señoriales casas del centro histórico fueron abandonadas o arrendadas para viviendas más modestas con ocupación por habitaciones, lo que aceleró su proceso de deterioro, entre ellas el propio palacio Gangotena.​ Sin embargo, con la declaratoria de Quito como patrimonio de la humanidad en 1978, entró a formar parte del inventario patrimonial de la ciudad,​ lo que le hacía partícipe de políticas de conservación que alcanzaron su clímax en 1997, cuando la propiedad es adquirida por un grupo de empresarios hoteleros que la restauraron completamente para dar paso al Hotel Casa Gangotena, actualmente considerado el mejor del país y uno de los más exclusivos del continente.​

Iglesia de San Francisco

En el Quito prehispánico los actuales terrenos de la Iglesia y Convento de San Francisco fueron ocupados por el palacio real del Inca Huayna Cápac, ante el avance de los ejércitos comandados por los españoles desde el sur y la imposibilidad de defender la ciudad el general indígena Rumiñahui dispuso la destrucción total de la misma. En el incendio de la ciudad el palacio fue destruido y sepultado bajo una enorme cantidad de escombros y basura. Uno de los soldados de Rumiñahui fue el bisabuelo del indígena Cantuña, el cual como testigo ocular de los sucesos tenía pleno conocimiento de lo que se hallaba enterrado en el lugar. La construcción de la iglesia y convento de San Francisco inició alrededor del año 1537, apenas tres años después de la fundación española de la ciudad, con la terminación de un templo provisional que se mantuvo hasta 1550, cuando se inició la construcción del edificio actual y que fue culminado hacia 1680. Aunque el edificio fue oficialmente inaugurado en el año 1705

FUNDACIÓN: Con el fin de preservar el sitio, la iglesia fue declarada Monumento Nacional a través del Decreto Supremo 5058 del 6 de julio de 1951. En 1960 se funda el Comité Pro-Restauración de San Francisco y en 1969 se abre el Museo de Arte Colonial de San Francisco

CORDONAZO: También se dice, que San Francisco es el que administra el agua que ha de caer sobre el planeta y el 4 de octubre, cansado de estar mojado, se quita el cordón y sacude su sotana hasta que cae la última gota sobre la tierra y ese año ya no lloverá mas.




Museo Alberto Mena Caamaño

El “Museo de Arte e Historia Alberto Mena Caamaño” fue creado el 28 de mayo de 1957 a partir del fondo donado por Alberto Mena Caamaño. En 1970 el museo integró a la exposición permanente  una sala sobre la masacre del 2 de Agosto de 1810. Esta  escena fue realizada en cera por el artista Alexander Barbieri, quien tomó como modelo un cuadro pintado a inicios del siglo XX por César Villacrés titulado “El Sacrificio de Quiroga”.   A partir de entonces este espacio ha sido popularmente conocido como “Museo de Cera”. Actualmente el Museo Alberto Mena Caamaño cuenta con una exposición  permanente  que se titula  “De Quito al Ecuador (1736 – 1835)”, 4  salas de exposición temporal,  un espacio lúdico – educativo, el auditorio “Hugo Alemán”

La Siete Cruces

Las calles de Quito cuentan sus historias, se descubren ante los turistas y se defienden de los avatares del tiempo. Estas, en el casco colonial, son estrechas, la modernidad cambió sus piedras por el cemento. La calle García Moreno, conocida también como de Las Siete Cruces, es una de las más famosas. Su nombre responde a que a lo largo de la calle hay siete cruces, que se encuentran en el Hospicio, hoy Museo de la Ciudad, en la iglesia de El Carmen Alto, en La Compañía, El Sagrario, la Catedral, La Concepción y Santa Bárbara. La ruta era conocida por los Incas para comunicar al Panecillo con la loma de San Juan.

La Catedral

La Catedral Metropolitana de Quito es un templo católico ubicado en el Centro Histórico de la ciudad de Quito DM. Es la sede de la Arquidiócesis Primada de Quito y ocupa todo el flanco sur de la llamada Plaza de la Independencia de la ciudad, la que se ha convertido en su vista más famosa a pesar de no ser su ingreso principal. En 1995 fue elevada a Catedral Primada de Ecuador, lo que la convierte en el templo católico de mayor jerarquía en el país

Su construcción es de piedra, y se usó el sistema de minga para el acarreo, labrado y albañilería. Su emplazamiento lateral contribuyó a jerarquizar la Plaza Mayor, pese a que su entrada principal no se encuentra frente a ella ya que en el momento de la construcción existía la profunda quebrada de Sanguña, que no permitía que el templo se extendiera hacia atrás.​ El arquitecto encargado de las dos primeras etapas constructivas fue el español Antonio García..


Monumento a la Independencia

El Monumento a la Independencia, conocido también como Monumento a los Héroes del 10 de agosto de 1809, es una columna conmemorativa ubicada en la ciudad de Quito D.M. que se encuentra emplazada en el centro de la Plaza Grande, siendo su elemento más importante y el que da su nombre a la Plaza. Se levanta a la memoria de los patriotas quiteños que iniciaron las luchas por la independencia en el Ecuador. Fue inaugurado en 1906 para recordar el llamado Primer grito de independencia hispanoamericana por el entonces presidente, general Eloy Alfaro Delgado. Constituye uno de los íconos más importantes del Centro Histórico de la ciudad y del país; además de un importante sitio de concentración política por encontrarse frente al Palacio de Carondelet, sede del gobierno ecuatoriano.

Gabriel García Moreno

presidente constitucional en dos ocasiones (1861-1865 y 1869-1875), hizo colocar un reloj público juntamente con tres campanas en el frontispicio central de la fachada, el cual lo construyó para este propósito.​ Un cuadro que se conserva en el Museo Nacional de La Casa de la Cultura Ecuatoriana muestra el Carondelet de mediados del siglo XIX con la bandera albiceleste en el centro de la fachada, pero no posada en el mencionado frontispicio. Con el mismo presidente García Moreno, esta bandera fue reemplazada por el tricolor grancolombiano, siendo esta la que flamea hasta nuestros días en el Palacio de Gobierno.

Palacio de Carondelet

El Palacio de Carondelet es la sede del Gobierno y residencia oficial del presidente de la República del Ecuador. Está ubicado en el centro histórico de la ciudad de Quito. Es uno de los principales símbolos del Estado ecuatoriano y el eje neurálgico del espacio público conocido como Plaza de la Independencia o Plaza Grande (nombre colonial), alrededor de la cual se levantan además el Palacio Arzobispal, el Palacio Municipal, el Palacio de Pizarro, la Casa de los Alcaldes, el Palacio de la Curia y la Catedral Metropolitana. Fue conocido durante la colonia española como Palacio Real de Quito pues era la sede de la Real Audiencia y de la gobernación civil y militar de la región.
La tradición cuenta que habría sido el libertador Simón Bolívar quien le llamó Palacio de Carondelet asombrado por el buen gusto que tuvo Francisco Luis Héctor Barón de Carondelet, quien ordenó la construcción de su fachada, cuyo principal elemento, una columnata, se mantiene hasta la actualidad. No obstante, nunca se le ha denominado así en los documentos oficiales.
El Palacio presidencial y el anexo Palacio de la Vicepresidencia ocupan una manzana de aproximadamente 80 metros de lado, lo que suma 6400 metros cuadrados de superficie.

Palacio Arzobispal

Durante varios años después de la fundación de la ciudad, los párrocos de Quito vivieron en diferentes casas de los alrededores de la Catedral. Fue solo hasta que se erigió el Obispado de Quito en 1546, que se autorizó la compra del solar asignado al conquistador Núñez de Bonilla y sus herederos en el flanco nororiental de la Plaza Mayor, que se estableció el Palacio del Obispo de Quito en la esquina en la que se encuentra hasta el día de hoy.​
La construcción original se modificó en 1.775 con la llegada del arquitecto español Antonio García, que colaboró también en la construcción del Palacio de Carondelet, y fue quien introdujo las características formas neoclásicas europeas con resaltos laterales de remates triangulares, con sobre-relieves de las armas del Vaticano en la izquierda y el Arzobispado de Quito en la derecha.​
Las modificaciones de García subsistieron hasta el siglo XX, donde se ejecutó una restauración que alteró los elementos originales, en especial al interior del Palacio.​ Esta segunda modificación se realizó en 1978, pues el Arzobispo consideraba que el edificio se había vuelto peligroso debido a la antigüedad de los materiales con los que había sido construido, pero solo se trató de un reforzamiento de la estructura y adecuaciones eléctricas y sanitarias.

Plaza De La Independencia


Plaza Del Teatro Sucre

El lugar en el que hoy se levanta el Teatro Nacional Sucre fue conocido a mediados del siglo XVI como Plaza de las Carnicerías, porque en su alrededor se encontraban varias despensas de ese tipo, lo que hoy llamaríamos un matadero o camal.A inicios del siglo XVII, el cabildo de la ciudad decide cerrar las carnicerías civiles y construir un solo edificio estatal destinado a esas labores, realizando así la primera limpieza del sector, permitiendo de esta manera la instalación de casas y mansiones señoriales que antes no se atrevían a construir en las cercanías.Entre 1670 y 1672 se utilizó la plaza frente al edificio de la carnicería para las conocidas corridas de toros de los sábados. En 1786, se construyó en este espacio la primera plaza de toros de la ciudad, convirtiendo al espacio en un referente cultural de la colonial urbe quiteña.Años más tarde en 1867, la legislatura de la nueva República de Ecuador invita a las municipalidades de todo el país para que construyeran teatros en sus jurisdicciones, es así como en 1877 inician los estudios y concursos de diseño para la construcción del primer teatro de envergadura de la ciudad que además incluyera una plaza abierta en su frente.La construcción del Teatro Nacional Sucre comienza a finales del siglo XIX, impulsado principalmente por Marieta de Veintimilla -conocida popularmente como La Generalita-, sobrina del presidente Ignacio de Veintimilla y que hacía las funciones de Primera Damade la nación. Los trabajos iniciaron en el año 1879 y terminaron en su totalidad en 1887, un par de meses después de su apertura. Su inauguración fue el 25 de noviembre de 1886, causando gran impacto entre la ciudadanía de la época. Fue llamado oficialmente en honor al Mariscal de Ayacucho Antonio José de Sucre.En el gobierno del presidente Galo Plaza Lasso, el Teatro fue cerrado para una primera reconstrucción y modernización, que terminó en 1952. En 1994 el edificio fue cerrado nuevamente para ser rehabilitado. Se reinauguró a los 117 años de su primera apertura, el 24 de noviembre de 2003 con la presentación de la Ópera Rigoletto en co-producción con la Asociación Pro-Lírica del Perú. Desde entonces la actividad artística que se desarrolla en este escenario ha sido interrumpida. El 13 de noviembre de 2006 El Teatro estrenó la primera ópera ecuatoriana, Manuela y Bolívar, del compositor Diego Luzuriaga

La Basilica

La Basílica del Voto Nacional surgió de la idea de construir un monumento como perpetuo recuerdo de la consagración de la República de Ecuador al Sagrado Corazón de Jesús, planteada por el padre Julio Matovelle, diputado de la República en 1883.
El proyecto fue contratado en Francia por el arquitecto francés Emilio Tarlier, que ya había tenido experiencia en construcciones similares en EspañaFrancia e Inglaterra.; quien inspirado en la catedral parisina de Notre Dame, hizo los planos entre 1890 y 1896.​ El presidente Luis Cordero Crespo expide el decreto para iniciar los trabajos el 23 de julio de 1883; aunque en la práctica se ejecutó durante la presidencia de José María Plácido Camaño, quien ratificó el decreto el 5 de marzo de 1884.
La construcción de la obra fue planeada originalmente en el sector de El Belén, al norte del parque La Alameda, para lo que en 1884 la Convención designó comprar unos terrenos ubicados en esta zona, pero luego de los estudios preliminares se determina que no son lo suficientemente sólidos para construir un edificio de la envergadura deseada y que se deberían realizar gastos sumamente altos. Se decide entonces cambiar la ubicación de la construcción; es sugerida la quinta de la familia Hurtado, ubicada a los pies de la loma de San Juan, cuyos suelos eran lo bastante firmes para soportar el peso de una edificación basílica.
Para la financiación de la obra, el Congreso Nacional, y de acuerdo a la ley de presupuesto de ese año, designó la cantidad de 12.000 pesos del Erario Nacional presupuesto anual;​ pagaderos a 1000 pesos por mes desde el año 1884. Por decreto del 3 de julio de 1885, el IV Concilio Provincial Quiteño convirtió la construcción de la Basílica en compromiso religioso a nombre del país. Con aprobación del Papa León XIII, se comenzó la construcción del monumental edificio en 1887; y durante cinco años estaría a cargo de los Padres del Corazón de Jesús.aunque estos poco hicieron para lograr dicho objetivo.
Durante algunos años, y para proseguir con la construcción, se aceptaron donaciones de creyentes quienes proporcionaron dinero, mano de obra o materiales de construcción a cambio de grabar sus nombres en las piedras. En 1895, el Estado implantó un impuesto por las compras de la sal para continuar con la edificación.
En 1901 el Padre Matovelle con su Comunidad de Misioneros Oblatos se hizo cargo de la construcción por pedido del Arzobispo Pedro Rafael González Calisto. El 10 de julio de 1892 se puso la primera piedra. Desde 1892 a 1909 se construyó la Capilla del Corazón de María​ El gobierno de León Febres Cordero fue uno de los que más fondos donó a la obra en los últimos años.
Aunque aún faltan detalles decorativos, se puede decir que la estructura, tal como la conocemos hoy, fue terminada en el año 1924, cuando comenzaron a oficiarse las misas en la nave central y a repicar las campanas de las torres. Ciertas creencias populares cuentan que el día en el que se termine de construir la basílica se acabará el mundo o, en su caso, el Ecuador desaparecería como un Estado libre y soberano. ​
La Basílica fue bendecida por el Papa Juan Pablo II el 30 de enero de 1985, aunque fue consagrada e inaugurada oficialmente el 12 de julio de 1988.